domingo, 5 de junio de 2016

Patatas con costra

Crujientes por fuera, tanto que parece que las hubiéramos rebozado con harina (aunque no llevan nada más que la propia patata y el aceite de freírlas), pero tiernas por dentro. Gustan a todos, así que no podéis dejar de hacerlas.
Con salsa brava son mi perdición.

Ingredientes:
Patatas (yo cuento unas dos grandecitas por persona)
Sal
Agua
Aceite de oliva para freír

Preparación:
Pelamos y lavamos las patatas y las troceamos en grande, como más nos guste, según vayamos a usarlas para acompañar un asado o para hacerlas con una salsa de acompañamiento. En mi caso, si son para acompañar pollo asado u otra carne grande, las corto en rodajas gordotas. Si son para patatas bravas, para dipear o para los niños, las corto en bastones gruesos, como las de la foto.
Las ponemos en la olla rápida encima de un cestillo, con unos tres dedos de agua, para que se hagan al vapor. En mi caso con 5 minutos desde que sube la válvula de la olla es suficiente. Pero lo comprobáis pinchando y viendo que están blanditas pero sin deshacerse. Si no tenéis olla exprés, las ponéis a cocer en agua hasta que estén blanditas pero no deshechas. Las escurrimos bien y salamos.
Calentamos aceite (yo en la freidora a 180ºC) y cuando esté bien caliente las vamos poniendo por tandas a freir, para que el aceite no pierda temperatura. Cuando se les haya formado una costra dorada y crujiente por encima las sacamos a un plato con papel absorbente para quitar el exceso de grasa y ¡listas para comer!.

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